Esta semana he ido al circo. Ahí fue donde encontré mi inspiración, que cosa mejor para el disfrute que un circo, donde la mezcla de emociones, espectáculos y sonidos hacen que el espectador pase una tarde maravillosa. Riesgo, inestabilidad, música y animación, mi objeto tiene que dar una función.
Ya partía de una red suspendida sobre una sección de costa, lo que me recordaba a esa red utilizada por los trapecistas a modo de seguridad por si algo falla en su número. La idea obsesiva del sonido la buscaba dentro de un objeto ensimismo, al igual que ocurre en la Cova del Moraig, es la propia cueva la que genera esos sonidos gracias a su efecto de resonancia y su forma. Mi planteamiento consistía en llenar a todo lo largo de la cueva en esa red de trapecista bolas gigantes como esas en las que se sube un elefante, de diferentes materiales, donde pudiesen meterse las personas e ir diferenciando los sonidos que allí dentro se producían dependiendo de en qué bola se encontrasen. Siempre buscando ese punto de inestabilidad al encontrarte suspendido sobre el suelo y al tener que balancear toda la cuerda para pasar de una bola a otra.
Pero un circo sin gente no es un circo, por lo que además quería llamar la atención del viandante que camina tranquilamente por arriba ya que al ver la red lo más probable es que no le diga nada. Estamos cansados de ver redes de protección en las rocas para evitar posibles desprendimientos. Por lo que jugando de nuevo con el sonido, crear una caracola gigante cual payaso o furgoneta con altavoces que recorre la ciudad para anunciarte que el circo se encuentra en la misma se tratase. El viandante se pararía a escuchar y encontraría una amplificación de lo que estaba sucediendo bajo él. Sonidos de personas hablando entre ellas, bolas chocando unas con otras o un viento enorme que sopla hacia arriba. Ya tenía el circo montado y jugando con dos formas de sonido, la primera la creada por un propio lugar (las bolas) y la segunda la amplificada por un objeto (la caracola).
Adentrándonos en la parte técnica y en como materializarlo, mi principal preocupación eran los anclajes y las costuras que se podrían realizar en la red. Para los anclajes me he fijado en los que usan los alpinistas, considerando que son esos los más oportunos para poder anclar mi red a la roca, si volvía la vista atrás podía recordar que nuestro amigo de la hamaca también utilizaba uno de estos. En cuanto a las costuras, pensé en que la mejor solución sería tener una red de nylon hecha a base de nudos y también entrelazar y apoyarme en esos nudos para resolver esas costuras, también de nudos trataría el encuentro entre la red y los anclajes. El anclaje en la parte superior lo sigo confiando en las propias plantas del lugar. He tenido la oportunidad de pasar en esta semanas unos días con un amigo biólogo el cuál se sorprendía al enseñarle en lo que estaba trabajando, pero no tanto en la resistencia de la planta; pues me comentaba que una planta puede llegar a tener de raíces hasta el doble de lo que asciende en altura y más en este caso al ver en el terreno en el cual están plantadas. Por lo que mi confianza en ellas era plena, pero si es cierto también que en esta zona no tenían un gran número de plantas fuertes, por lo que me apoyaría también en enganches de alpinistas para sujetar la red.
Las bolas de distintos materiales me servían para intensificar el sonido de una forma o de otra, mi reto ahora consistiría en poder hablar con expertos en cada material preguntarles que opinarían de cómo podrían llegar a resonar estas bolas y si verían posible la materialización de cada una. Los materiales pensados fueron aluminio (estridente), acero corten (sucio), metacrilato (suave) y plástico (absorbente), distintas formas de repercutir sonidos con estos materiales tan opuestos en esta piscina de bolas.
En el siguiente gráfico realizado, se aprecian las tres ramas que sigue mi proyecto: INESTABILIDAD, SEGURIDAD, Y SONIDO. De las cuales se van ramificando propiedades como materiales, anclajes, costuras o forma para conseguir crear de mi intravention un CIRCO DISFRUTABLE.